domingo, 12 de septiembre de 2010

Mi experiencia con Don Bosco



Antes

Cuando por primera vez supe que Don Bosco visitaría mi país, no supe lo que ahora sé con tanta certeza: ¡qué grande regalo de parte de Dios!
Recuerdo haber visto, en julio del 2009, la transmisión en vivo del día en el que "Don Bosco misionero" salió de su casa, el Santuario de María Auxiliadora en Turín, para visitar a sus hijos en todo el mundo. La ceremonia de envío fue muy solemne y emotiva, sin embargo no bastó para que cayera en cuenta de todo lo que significaría el peregrinar de Don Bosco y su visita en México.
Gracias a la iniciativa de nuestro Rector Mayor, Don Bosco emprendió su travesía. Realmente fue poco lo que vi del paso de nuestro Padre, Maestro y Amigo por los países del Sur y Centro de América. Me llamaba la atención la respuesta juvenil y en mi corazón deseaba fuertemente que en México pudiéramos tener esa misma respuesta, pensando pesimistamente que no lo lograríamos. Aún con eso, decidí poner todo mi empeño en preparar mi corazón, mi mente y mi espíritu para ese acontecimiento y echarle todas las ganas para motivar a muchos otros jóvenes.

Durante


Don Bosco llegó a México el 4 de agosto de 2010, y ya se comenzaba a sentir una emoción sin precedentes. Seguía más de cerca las transmisiones en vivo, las publicaciones en Facebook y Twitter que hacía el equipo de Comunicación Social y demás fotos y noticias que iban surgiendo. Luego me envolvió el trabajo de preparación para el evento de Guadalajara, así que no estuve tan pendiente de todo como hubiera querido.
Yo lo vi por primera vez el 16 de agosto en la Cd. de México, cuando 11 novicios hicieron sus primeras profesiones como salesianos ante la urna con las reliquias de Don Bosco (un hecho histórico, ya que es la primera vez que sucede en nuestras inspectorías), y varios salesianos renovaron también sus profesiones.
No sé bien la razón, pero decidí reservarme el momento de estar frente a la urna para cuando ésta llegara a mi ciudad, y así sucedió. Ya los espectaculares, pósters y lonas colocados por toda la zona metropolitana de Guadalajara hacian que se empezara a sentir la presencia de Don Bosco entre nosotros y se creara un ambiente de fiesta.
Después de haber estado el día 24 en la ciudad de León (el lugar donde está su corazón) y de haber sido visitado ahí por más de 100,000 personas, Don Bosco llegó por fin a Guadalajara la mañana del 25 de agosto, luego de una larga espera.
Recorrí con él todo su itinerario desde la caseta de Zapotlanejo, en el que fue recibido por una multitud de personas en sus automóviles, hasta su despedida en la carretera a Colima. Si contara todo lo que sucedió en esos 2 días probablemente me llevaría mucho espacio y tiempo. Tratando de resumir la experiencia, únicamente compartiré los detalles que para mí fueron más significativos (no están en orden de importancia porque todos son igual de importantes):
La inmensa alegría de mi corazón; cuando llegó, cuando estuve cerca de él... algo que compartí con muchas otras personas.
La cantidad de gente que asistió a venerarlo; fue impresionante ¡todo estaba a reventar! Bien dijo el Padre Inspector: "Don Bosco se vende solo", no había necesidad de hacerle tanta publicidad, él llena auditorios, catedrales y demás fácilmente.
El número de jóvenes presentes; sin importar que eran días de clases se dieron cita para estar con Don Bosco, tal como él lo hubiera deseado, un paraíso para él. Me arrepentí mucho de haber sido tan pesimista y creer que no tendríamos una buena respuesta.
La participación en la Eucaristía y los sacramentos; no bastaban las formas para comulgar y las filas para las confesiones eran bastante largas.
La comunión eclesial; gente de todas las congregaciones y movimientos religiosos unida en torno al Santo de los jóvenes, un grande santo de la Iglesia.
El momento de estar junto a Don Bosco fue sumamente especial, creo que me quedaría corta si tratara de explicar lo que fue, pero estoy segura de que quien ya lo vivió entenderá lo que sentí.
Le pedí a Don Bosco por el mundo y por la Iglesia, por mi familia y amigos, por la juventud más necesitada, por los salesianos y salesianas y por mil cosas más. Sobretodo aproveché ese momento para agradecerle, por su vida y ejemplo de santidad; por ser mi Padre, el que me toma de la mano y me lleva hacia Dios. Recordé nombres, rostros e intenciones y las puse todas en sus manos. No sé cuánto duró este momento, creo que fue corto pero para mí pareció como si durara para siempre.
Después de recorrer el resto del país hasta llegar a Tijuana, haciendo milagros como la visita a su hijo el P. José Carlos Contreras al penal de San Luis Potosí y muchos otros, Don Bosco dejó tierras mexicanas el 11 de septiembre.

Después

Don Bosco dejó México, pero no los corazones de muchos mexicanos, en los que el recuerdo de su presencia sigue latiendo fuertemente y suministrando un flujo de paz, alegría, esperanza y mucha energía para continuar trabajando por la juventud. No puedo aún contar todo lo que viene después de la visita de Don Bosco, pues ha pasado apenas un día desde que dejó el país.
A mí, me queda el corazón contento y el espíritu renovado y siento una enorme motivación para continuar la labor en favor de los jóvenes más necesitados. Me comprometo, ahora más que nunca, a ser como Don Bosco era y como quería que todos fuéramos: "buenos cristianos y honrados ciudadanos". Sé que a través de él puedo llegar a un verdadero encuentro con Cristo y llevar almas jóvenes hacia Dios; esa será desde ahora mi más importante tarea.
Agradezco al Padre Celestial por la bendición de tener a Don Bosco entre nosotros y los animo a que preparemos para el 2015 una gran fiesta por el 200 cumpleaños de nuestro Padre, Maestro y Amigo, regalándole lo que él más deseaba: la salvación de nuestras almas.


Mariana Cejudo García de Alba, Guadalajara.

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3 comentarios:

Ágape-transparente dijo...

Comparto la misma emoción y compromiso por hacer presente en todo momento a Don Bosco. Ojalá regrese su Reliquia a alguna de nuestras obras y espero sea a León, Gto. donde está su corazón!

Ágape-transparente dijo...

Comparto la misma emoción y compromiso por hacer presente en todo momento a Don Bosco. Ojalá regrese su Reliquia a alguna de nuestras obras y espero sea a León, Gto. donde está su corazón!

Anónimo dijo...

para mi el ver llegar a don bosco a la ciudad de leon fue algo que nunca vamos a olvidar ya que se asegura hubo mas de 80,000 personas por algo decimos que su corazon esta aqui